La situación que estamos viviendo invita a la reflexión. A reflexionar sobre la familia, la solidaridad, la interacción entre las personas, las consecuencias de nuestros actos para los demás y para nosotros mismos.
Nunca nos hemos encontrado, a nivel mundial, en una situación como ésta, y todos debemos hacer un ejercicio de reflexión y autocrítica. Debemos desterrar egoísmos individuales o colectivos y mirar hacía un interés más general, más solidario. A cada uno de nosotros, individualmente, nos toca hacer algún sacrificio, pero es por el bien de todos y el nuestro propio.
Para mucha gente la situación va más allá de un simple sacrificio personal: cierres de comercios, bares, restaurantes, hoteles, pequeñas empresas, suspensión de puestos de trabajo. Millones de trabajadores, autónomos, pequeños empresarios están pagando, o van a pagar, una factura muy alta, y no sólo económica sino también, por desgracia, de salud.
Los que participamos en diferentes asociaciones, estamos viendo cómo todos los proyectos que hemos ido planificando con ilusión, se van viniendo abajo ante esta terrible pandemia. Tanto nuestros hermanos falleros y falleras, los confrades de Semana Santa, los peregrinos/as de la Santa Faz y, especialmente, los comisionados y comisionadas de nuestras Hogueras de Sant Joan han visto, o van a ver, frustradas sus expectativas en este año.
Y es precisamente sobre nuestras Hogueras en las que nos gustaría detenernos. Las comisiones de Hogueras estamos ahora mismo en una situación insostenible. Y no sólo se trata de emociones y sentimientos por unas expectativas frustradas, sino también de un problema económico de difícil resolución. Desde principios de este mes, tenemos paralizados casi todos nuestros ingresos por loterías, cuotas, etc. También peligran los ingresos por anuncios y patrocinios varios. No hay que olvidar que tras la superación de esta crisis sanitaria, tendremos una crisis económica de proporciones todavía desconocidas. Y, en estas circunstancias, ¿quién tiene fuerza moral para solicitar la colaboración ciudadana con unas fiestas que mucha gente, por desgracia, no tendrá ganas de celebrar?Por lo tanto, si no hay ingresos, no podemos hacer frente a los gastos, cuyo mayor importe se realiza en los tres próximos meses. Se han de suspender los pagos a nuestros artistas constructores de nuestros monumentos. A su vez, éstos se ven obligados a cesar su actividad, y no sólo por su propia seguridad, sino también ante la falta de liquidez, la dificultad de aprovisionamiento de materiales y, sobre todo, ante la incertidumbre de lo que puede pasar.
Es importante dar cuanto antes seguridades a nuestros artistas y apoyarles en este trance tan doloroso. Tampoco se pueden formalizar el resto de contratos necesarios para el desarrollo de nuestra fiesta: alumbrado, música, pirotecnia, racons, barracas, etc.
En definitiva, se nos agota el tiempo y hay que tomar ya una decisión. Lo que parece claro es que nuestras fiestas no podrán celebrarse en las fechas habituales, por todos los motivos expuestos, pero, ¿podrán celebrarse en lo que queda de 2020? Lo dudamos, no obstante, es una decisión urgente que corresponde al Ayuntamiento y a la Federació de les Fogueres de Sant Joan. Esperemos que cuando la tomen, tengan en cuenta todos en los factores económicos, materiales y anímicos necesarios para que nuestras Fogueres sean un éxito.Mientras tanto, toca quedarnos en casa, sin perder la esperanza, porque de ésta saldremos más unidos que nunca.La comisión de la Hoguera Foguerer-Carolinas.